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´TODOS LOS NOMBRES`. don José y el Dasein

Posted by on 6 de diciembre de 2017

Don José, un solitario y gris funcionario que trabaja en la Conservaduría General, es, paradójicamente, el único personaje con nombre de la novela de José Saramago que lleva por título ´Todos Los Nombres`. Un  empleado público que pasa los días con la tediosa labor de archivar nacimientos, bautizos, bodas, divorcios y defunciones de cada uno de los habitantes, en una repetitiva y anodina ceremonia fríamente vigilada por sus superiores. Un funcionario que dedica las horas del día a archivar la vida de los demás mientras se olvida de la suya. Pero Don José tiene algo especial, es consciente del hastío, de la mediocridad del día a día, así que para combatirlo se inventa un pasatiempo. Colecciona recortes de personas célebres, y también las fichas con los acontecimientos administrativos de sus vidas que extrae a hurtadillas de la oficina en la que trabaja. Una afición sencilla, trivial y algo infantil que le permite afrontar cada mañana con un mínimo de entusiasmo. Pero un día, por error, se tropieza con la ficha traspapelada de “La Mujer Desconocida”. Desde ese momento su vida dará un vuelco y centrará su existencia en la búsqueda de la persona a la que hace referencia el nombre y los datos recogidos en la ficha de la Conservaduría  General. Existe un relativo consenso entre los críticos literarios cuando afirman que ´Todos los Nombres` es un análisis sobre los excesos del poder y el burocratismo, cuando en realidad nada tiene que ver con eso. ´Todos los Nombres` es la expresión de una búsqueda, pero no de una búsqueda particular, concreta, sino de la búsqueda en general; de la gran búsqueda. En un momento de la novela se dice que “La metáfora es siempre la mejor forma de explicar las cosas”, y una metáfora es ´Todos los Nombres`. El único nombre que aparece en la novela titulada ´Todos los Nombres` es el nombre del autor. Todos los nombres son don José, y don José son todas las demás personas –Saramago incluido-; y su búsqueda, su afán por apaciguar la angustia y llenar de contenido la tediosa existencia, es la búsqueda de todas y todos nosotros.

La Conservaduría General en la que trabaja el protagonista se divide en dos grandes espacios: el de los vivos, en donde se archivan las fichas de las personas que todavía no han fallecido; y el de los muertos: al fondo del edificio, mucho más extenso y oscuro que el anterior, en el que se guardan las fichas de los muertos. El espacio que la Conservaduría reserva a las personas fallecidas es tan inmenso que los funcionarios sólo pueden acceder a este lugar con ayuda del hilo de Ariadna, para no perderse entre los laberintos de estanterías y poder volver a la zona de los vivos y de trabajo sanos y salvos. A lo largo de la novela el protagonista encuentra su propio hilo de Ariadna (porque no todo el mundo puede guiarse en la vida con un mismo hilo). Cuando decide asumir la tarea de buscar a la mujer desconocida y seguir las pistas que lo llevan hasta ella, su vida se vuelve más peligrosa, intensa, más difícil y menos plácida; pero también más satisfactoria, plena, y sobre todo, con sentido.Existe otra línea de reflexión acerca de ´Todos los Nombres` que asegura que ésta es una obra sobre el amor. Sin duda esta interpretación es más acertada que la que sostiene que la novela del escritor portugués es una reflexión sobre el burocratismo y el despotismo, pero sigue siendo una interpretación parcial. José Saramago reflexiona en la novela sobre el amor, pero entendido como un instrumento para la búsqueda de sentido. La búsqueda de sentido de una existencia que carece de él es, a mí parecer, el tema principal de la obra.

´Todos los Nombres` fue publicada en 1997, apenas unas semanas antes de que su autor fuera galardonado con el premio Nobel (el único autor de lengua portuguesa con esta distinción); pero si el libro fuera publicado treinta años antes, en la década de los sesenta, estaríamos hablando de una de las novelas más paradigmáticas, representativas y relevantes –si no la que más- del existencialismo sartreano.

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