Pávlovich Karamázov, un individuo grosero, brusco, tacaño, mezquino, alcohólico y lujurioso es asesinado, y cualquiera de sus tres hijos (y supongo que decenas de personas más, viendo el perfil del individuo) tenían razones para hacerlo. Este puede ser el sucinto argumento de ´Los hermanos Karamázov`, el libro más extenso del ruso Fiódor Dostoievski. Pero más allá del plano, digamos, puramente textual, las aventuras del Dmitri, Iván, Alexéi y el difunto abordan cuestiones mucho más complejas y difíciles de tratar.
La última novela del escritor ruso, al parecer Dostoievski falleció cuatro meses después de su publicación, aborda, en realidad, el problema de la moral. Sitúa a los personajes en un contexto social donde la creencia en Dios empieza a resquebrajarse y la sordidez y el egoísmo son cualidades que aparecen, con mayor o menor fuerza, en todos los personajes de la obra. Cada uno de los tres hijos de Pávlovich representa un modo distinto de afrontar un mundo en crisis: Iván es el intelectual. Abraza el ateísmo a través de la reflexión, y subsidiariamente también el nihilismo: “si Dios no existe todo está permitido”, llegará a afirmar; Dmitri es apasionado, irreflexivo e irascible (por no decir violento) es el más parecido al padre y quizá el que más lo odia, aunque yo creo que sólo es quien menos disimula su odio; Alexéi Karamázov es el pequeño de los tres, un joven piadoso e idealista que decide enmascarar todas sus dudas morales, y también el desprecio por el borracho de su padre, bajo la fe. Aliosha, como es llamado cariñosamente en la novela, está igual de atenazado por las incertezas que sus otros dos hermanos, pero él ha decidido creer.
Dostoievski anticipa en un par de años lo que será la gran aportación de Nietzsche a la historia del pensamiento: la muerte de Dios. El escritor ruso nos sitúa en una sociedad en la que, de algún modo, empieza a sospechar que Dios quizá no exista. “Dios ha muerto y nosotros lo hemos matado. Tú y yo.”, diría el filósofo alemán pocos años después. El asesinato de Pávlovich Karamázov simboliza el atentado contra una autoridad decadente, caduca e innecesaria como lo es también el dios judeo-cristiano para las sociedades actuales. El autor del ´Zarathustra` sostiene que todos somos cómplices de la muerte de Dios, no importa quién haya apretado el gatillo; de modo análogo, no importa quién ejecutó el parricidio de los Karamázov. Todos los hermanos tenían razones para asesinarlo y por los tanto los tres vástagos son cómplices, sino coautores.
Jean Paul Sartre localiza también en esta novela el inicio de su reflexión filosófica. Para el pensador francés la frase de Iván Karamázov “si Dios no existe todo está permitido” marca el inicio de lo que él acuña como el pensamiento existencialista. Dice que la libertad como idea eje es el carácter definitorio del existencialismo, que se hizo tan popular en las décadas sesenta y setenta del siglo XX. Posiblemente no sea muy sensato contradecir al padre del existencialismo en cuanto a los orígenes de su canon, pero creo que la pareja de Simone de Beauvoir se equivoca al definir de esta manera el pensamiento de Dostoievski. Pienso que el autor de ´Crimen y castigo` anticipa la sociedad nihilista que un par de años después Friedrich Nietzsche desarrolló de manera más detenida, pero en ningún caso formuló nada parecido a la famosa fórmula que sostiene que “la existencia precede a la esencia”. Con todo, Fiódor Dostoievski señala el nihilismo y la volatilidad de los valores como el eje de la problemática actual, fundando, a pesar de tratarse [“únicamente”] de un escritor de novelas, el pensamiento filosófico contemporáneo. Desde la publicación de ´Los hermanos Karamázov`, pasando por Nietzsche, Heidegger, Wittgenstien, Sartre, Gadamer… será la búsqueda de un fundamento no divino, en el que sustentar las ideas de bien, belleza y verdad, el hilo conceptual de la filosofía actual.
La novela es una profunda reflexión sobre la libertad y la justicia en sentido absoluto. En ´Los hermanos Karamázov` la culpabilidad sobrepasa la autoría de los hechos. La responsabilidad no está ligada empíricamente a la causalidad, sino que también radica en los deseos que ocultamos a nuestra propia mente. Kant sostenía que además de actuar moralmente bien, debíamos desear comportarnos así; y de algún modo la postura de Fiódor Dostoievski es similar. Independientemente de las sentencias de la institución judicial, adjudicando o eximiendo culpas, la responsabilidad humana se sitúa en un plano mucho más íntimo. Decíamos al principio que los tres hermanos Karamázov tenían razones para matar a su padre, pues bien, para Dovstoievski los tres hermanos eran responsables, en realidad y a su manera, del asesinato del padre.